El deseo me atrapa. Se mete entre mis dedos como la arena en el mar.
Mi cuerpo es la llave al cielo.
Y está perdida en el horizonte blanco, que a lo lejos espera.
volver a nacer.
Lo tuyo es mío y lo mío es tuyo. ezpiral@hotmail.com
Martes 30 de enero.
Cuando las cosas no suceden como me las imagino, exploto. Ya exploto menos. Pero la idea incontenible de que todo tiene que pasar conforme la historia en mi cabeza es insoportable. Hoy en mi trabajo intenté sobre llevar las cosas de la mejor manera posible. Me aburro y me abrumo mucho. Son demasiadas horas frente a un monitor. Me duele la cabeza. Son las alergias y el estrés inecessario. A veces me gustaría no tener tantas responsabilidades. Me estresa quedar bien con la gente. Quisiera que me valiera más lo que ellos tienen que decir.
Lunes 29 de enero.
Hoy me levanté tranquilo aunque no quería ir al trabajo porque me dio muchísima flojera levantarme. La verdad es que me costó mucho trabajar y lidiar con mis compañeros. Tratéde no quejarme en mi ida hacia el trabajo. Pensé mucho en los excesos del fin de semana. Creo que quiero dejar de tomar alcohol por un tiempo. No me gusta sentir que estoy todo hinchado de mi cuerpo. Hoy no me gustó para nada dar boletos en mi trabajo y hacerle de recepcionista. Analicé que no soy prudente con mi vida personal y a veces quisiera dejar de ser tan compartido con cosas que hago para mi. No sé porque cuento mucho a personas que quizá no son las correctas. El regreso a mi casa fue eterno aunque lo lidié con un podcast bastante divertido. Dure más de dos horas en regresar. No sé de donde saqué fuerzas para ir al gimnasio. Lavé platos y pensé en un motociclista que murió en un accidente en la vía rápida. Pensé que la vida es muy corta. Y que yo hubiese sido ese.