jueves, octubre 29, 2015

La cuidad es un monstruo de autos y gente sola conectada a un aparato. Todos nos movemos hacia un lugar que no nos llena ni nos vacía. 

lunes, octubre 26, 2015

A veces el amor es un pájaro que constituye su propia jaula. El amor brota en la libertad. El amor es ese parpadeo que a veces nos deja ver ese horizonte luminoso o la noche más negra. Quiero seguir con los ojos bien abiertos. Quiero seguir con el corazón en la mano.

jueves, septiembre 24, 2015

¿En dónde están esos recuerdos que no puedo evocar? ¿A dónde se van los momentos felices? 

domingo, agosto 23, 2015

"Intento encontrar en todos algo que amar, incluso si es algo pequeño" Chloe

viernes, agosto 14, 2015

Hay una parte de mi en todos tus pedazos. Yo una vez te encendí esa llama en el corazón. Yo me quedo contigo aunque me vaya.
¿Cuántos amaneceres faltan por ver? ¿Cuántas estrellas fugaces nos sorprenderán los ojos?

Lo que falte por vivir, quiero que sea junto a ti, tomado de tu mano.

jueves, agosto 13, 2015

Hay un hombre con ojos pequeños pero con un alma grande. Un hombre con una piel de algodón en donde habitan los paisajes más hermosos del universo. Hay un hombre con un corazón latiendo en muchos corazones. Hay un hombre de sonrisa de brisa y su pensamiento es una ola de mar tranquilo. Hay un hombre que abre mi corazón para depositarle lucecitas de colores, que va pintando los días de sonrisas y caracoles. Yo amo a este hombre que me descifra el alma con una mirada. Yo amo a este hombre enamorado de mi sonrisa y mi voz. Yo amo a este hombre que me abraza completo y me revuelve las ansias. Cuando veo la noche, el mar, un árbol o un papelito volando también lo veo a él. Cuando despierto lo primero que pienso es en su cara y en su infinito encanto. Quiero verlo a los ojos el resto de mi vida.    Quiero caminar con él todos esos caminos que no he explorado. Con él soy un pájaro de luz infinita. Con él soy más fuerte. Con él soy huella en la arena, con él soy vida eterna, un libro lleno de letras hermosas. Una sonrisa llena de soles y árboles que llegan al cielo con sus raíces.

miércoles, agosto 12, 2015

Es el viento que se lleva los corazones rotos para terminarlos de despedazar, es el viento que trae los recuerdos más hondos, es el viento que se mete por los ojos para hacernos llorar, es el viento que nos mueve como un papalote hacia cielos que no conocemos. Estamos hechos de un polvo de estrellas que se ilumina en el infinito. Yo no sé porqué estoy aquí, pero quiero que el viento nos lleve siempre a mejores paisajes.
Estamos hechos de fantasmas, de todas aquellas personas muertas en nuestra memoria. El olvido nos arroja a un nuevo horizonte sin pedirnos permiso. 

lunes, julio 20, 2015

Primer día sin saber de ti. He estado controlando mi ansiedad ¿Sabes? Escuchar mi pensamiento todo el día no es tan dañino como pensaba, depende el enfoque de lo que imagino. Quiero pensar positivamente todo el tiempo y quererme, decirme cosas bonitas y confiar en mi, pues al final del día soy lo único que tengo. Nadie es indispensable, excepto yo que tomo la decisión de cómo me siento. 

martes, julio 14, 2015

Estoy triste. Todo lo que amo se va, se me escapa de las manos.
Todas las personas que amo se irán de mi un día y yo tendré que abrazarme muy fuerte para reconstruirme el corazón 

domingo, junio 21, 2015

Veo tus ojos y un mar se abre dentro de los míos. Tu voz resuena en mis paredes y se construye un eco infinito. Hoy tu luna es mi noche y tu aliento mi esencia. No quiero dejar de verte a los ojos. Me devolviste esa paz y esa esperanza que escondí en la sombra más oscura. Hoy quiero decirte que contigo soy más fuerte y más grande. Te entrego lo que soy y lo que puedo llegar a ser. Ya eres motor y centro. Quiero junto a ti recorrer los caminos que me faltan y los que no conozco. Quiero caminar a tu lado y descubrir nuevos amaneceres. Tomar tu mano y ser tu reflejo, soñar que podemos lograrlo todo. Cuando te veo hay una luz que me recorre y soy más brillante, soy esa estrella que veo a lo lejos que parpadea y se resiste a morir. Todo va a estar bien. Lo sé cuando me miras y dibujas esta sonrisa en mi rostro una y otra vez. Quiero estar enamorado de ti el resto de mi vida. Quiero avivar este fuego que crece dentro de mí y habita como un pajarito. Cuando te vi por primera vez, sin saberlo, vi nuestro andar juntos para siempre. Y así será, pues somos valientes y juntos somos gigantes que sueñan con ser mar.  

jueves, mayo 07, 2015

Metete en esta mirada perdida, que alguna vez soñó con los paisajes más hermosos y que hoy le cuesta trabajo sostener los horizontes. 

sábado, abril 18, 2015

Ese alguien nuevo que espero soy yo mismo con los brazos abiertos en esa orilla de playa que tanto me gusta. 
La única persona que no se irá de mi lado, soy yo mismo. 
Dejé que terminaras el poco corazón que me quedaba
Lo aplastaste entero, lo aventaste al mar del olvido para siempre.
Para rescatarlo es preciso ahogarme en mi mismo y regresarle ese latido por el resto de mis días.
Que nadie llegue. Que esa persona que llegue a enamorarme sea yo mismo, pues soy el único que importa aquí. Yo soy mi propia fuerza y voluntad. Yo me construyo con mis propios pedazos.

domingo, abril 12, 2015

sueño a veces que eres mar y yo me quedo en tu orilla

lunes, abril 06, 2015

Y me limpias la herida, y me vuelves a pisar, y luego te llevas todo el recuerdo en una cajita, en donde cabe también tu despedida. 

Ya no recuerdo tu cara ni tu voz. Son ecos fantasmas los sueños que tengo de ti. No dueles en el párpado ni en el alma pues ya no te recuerdo. 

A veces esta tristeza es un pájaro de alas rotas que encuentra cielo en la noche y desaparece al amanecer. Me regalaste tu olvido pero también estas ganitas que tengo de entregar mi corazón palpitante y liberarlo de esta jaula

miércoles, abril 01, 2015

He abierto el corazón en jaulas de león un par de veces
y no me arrepiento
mi corazón trae en su sangre el poder de todas esas fieras
aquellas que crecieron de noche, en combates contra mi almohada.


martes, marzo 31, 2015

Corro porque la vida no me alcanza.

El año pasado hubo muerte a mi alrededor. Tuve que decirle adiós a personas que amaba mucho. Tenía dos opciones en mis manos: Seguir adelante o quedarme a vivir en un duelo que estaba a punto de deprimirme o volverme loco. Como parte de mi terapia personal, empecé a refugiarme primero en mi familia, en mi motor principal y esencia. Después, en identificar realmente a mis amigos y no soltarlos, y entonces surgió dentro de mí una estrellita de luz que justo nació debajo del pecho, eso que algunos llaman "plexo solar".

Inicié corriendo 800 metros, luego 5 kilómetros en esas carreras "del color", "de espuma", "de chocolate" "contra el cáncer" y demás... luego mi sed iba aumentando hasta que se me volvió un vicio mover mis piernas y sentirme libre corriendo. Mientras corría reflexionaba mis días o dedicaba mi pensamiento a olvidar, a rescatar lo que me mantenía vivo. Mientras sudaba agradecía a la vida el poder respirar y disfrutar a los que amo. Mis piernas resisten. Son fuertes y poco a poco conozco sus debilidades.

Desde que inició este año llevo un estilo de vida muy distinto. Muchos me han llamado "enfermo", "loco", "aburrido", "traumado" e incluso muchos otros se han burlado de mí por mi manera de comer o comportarme, ya tan alejada del "party" o del ocio.  Prefiero salirme a correr los domingos a las 5am a los montes y montañas, que mal gastar mi dinero en la peda.  Prefiero comer saludable, hacer ejercicio todos los días y no beber alcohol. Poco a poco identifico las cosas que no necesito en mi vida. La última vez que probé alcohol fue el último fin de semana de enero. Este nuevo estilo de vida no es mi  "nueva modita", mi "luego se le va a pasar". Esto es porque mi cuerpo y espíritu me lo pide.

 Justo en este momento gozo a plenitud mi existencia. Cuando corro o pedaleo siento una libertad increíble. El solo hecho de sentir el viento en mi cara y el sol quemándome, me hace sonreír y ser agradecido con todo lo que me rodea. En cualquier momento puedo irme. Soy, como todos, una personita muy frágil, pero poderosamente libre de hacer con su energía y tiempo lo que le venga en gana.

El domingo pasado viví una situación  traumática y aleccionadora. Me había preparado todos los fines de semana de este año para una carrera que representaba uno de los mayores retos físicos y mentales. No lo logré. Tuve nervios toda una semana completa. Comí al pie de la letra mi dieta. Me ejercité y entrené como debía. Una semana antes cometí el error de aventarme un paseo de 63 kilómetros en bicicleta. Lo aguanté bastante bien.

Después de ese día mis piernas se hicieron más fuertes, pero me pedían descanso. No les hice caso y me fui a entrenar a Mission Trails durante tres días seguidos. Me aventé unos 5 /6 kilómetros en terreno irregular, escalando pequeñas colinas y sintiéndome según yo "muy chingón". Nada que me demandara mucha energía. Descansé tres días antes de la carrera. Me preparé mentalmente y organicé mi playlist de mi teléfono con mis canciones favoritas para correr. Todo estaba listo. Hacía falta llegar a la salida para empezar a correr.

Un día antes de la carrera no pude dormir bien, de los nervios. Me despertaba cada hora, y me volvía a dormir. Desperté con mucha energía, desayuné mi proteína, mi licuado con platano, avena, mis rebanadas de pan integral con almendra. Me puse mis tenis de la suerte, mi cachucha, lentes, mi bolsa de agua y mi hermano me hizo el favor de llevarme a Rancho Casian. Era muy importante que mi familia asistiera a la meta y que me vieran llegar. Sentir su apoyo era primordial, mi motor de ese día. Ellos llegarían una hora después de la hora de salida.

Llegué y calenté. Una vez registrado, dieron el banderazo de salida. Salí como rayo. Veía borroso. Sentía mucha energía y no medí mi ritmo. Me aceleré. No me importó nada. Segundo error. Nunca debes salir en putiza, de ninguna parte, porque a la larga resulta peligroso.

Los primeros dos kilómetros fui el primero. Giré mi cabeza y a unos 500 metros estaban los demás. No por mucho tiempo fui el primero. Al inicicar la primer colina caí en una pequeña zanja. Sentí un pequeño dolor en el músculo bajo de mi pierna izquierda. No le tomé importancia. Mi pensamiento fue: "Ahorita que siga subiendo el músculo se calentará más y todo regresará a la normalidad". Si ajá, pobre ingenuo. La colina no terminaba y era se hacía cada vez más pronunciada. Para esto ya me habían rebasado unas 5 personas. Llegamos al primer checkpoint. Todo bien. Pasamos por unos caminos estrechos, llenos de maleza. Los otros corredores caminaban y escalaban. Seguí el paso y agradecí el paso lento, para no desgastar tanto mis piernas.

Siguió más subida y llegamos al checkpoint dos. Pedí arnica o cualquier pomada. Mi tío Eduardo, que fue parte de los colaboradores, me dijo que sólo tenía Vaselina. Me la puse como pude, tomé un sorbo de agua y seguí adelante, escalando más y más. Para esto el dolor se intensificó. No podía parar. Tanto entrenamiento no podía irse a la basura. Para el chekpoint tres tomé un par de naranjas. Traía dolor pero pensaba: "Convierte este dolor en luz. Inhala amarillo, exhala negro" Pues nada. Me dijo uno de los colaboradores: "Si sientes que ya no puedes, no sigas. Todavía tienes que subir esa meseta y son unos 2 kilómetros". Vi la meseta, preciosamente grande, empinada y llena de piedra. Y dije: "Yo puedo. Como chingados no. Yo soy más fuerte que este dolor".

Subí lesionado la meseta. No podía más. Veía como todos seguían delante de mí. Llegué a la meseta renqueando. Corrí unos 500 metros. Y luego unos 300 metros más. Me desvanecí con mucho dolor. Sentí como mi pierna izquierda se me volvía piedra, se me engarrotaba y me decía: "No sigas".
Tiré mis audífonos y me puse a llorar como un bebé durante largo, largo tiempo. Aventaba piedras y pataleaba. Luego me di masajes en la pierna. Me concentré en el dolor para que se fuera y se alejara. Nunca se fue. Algunos compañeros corredores seguían sin ofrecerme su ayuda. Me sentí como de esos perros callejeros moribundos, a punto de ser atropellados, sin cobijo y sin esperanza.

Le hablé a mi papá, llorando y le dije: "Apá, no me esperen en la meta. No voy a llegar. No puedo caminar" y se me fue el servicio. Algunos corredores llegaron de milagro y me ayudaron. Me daban de todo: Pastillas de sal, contra el dolor muscular, árnica, pomadas, geles, barras energéticas. Otros me dieron masaje. Y nada. Estuve una hora en la meseta viendo como todos me pasaban y me hacían la misma pregunta: ¿Calambres? ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? Y entonces era traumárico tener que contestar estas mismas preguntas a cada uno de los que pasaban. Ya después me quedaba callado y sólo les griaba: "Animo", mientras seguían.

 Una pareja de plano me vio chillando de dolor, se rieron y se fueron. Otros me tomaron fotos ahí sentado. A cada uno de los corredores les dije que en el checkpoint 4 dijeran que ahí estaba yo, que por favor le avisaran a alguien y  fueran por mí. Después de unos minutos, una moto pasó por mí. Bajamos la meseta llena de rocas. Mi pierna no dejaba de doler. Después llegó una ambulancia de rescate. Me vendaron. Y yo seguía llorando de impotencia, frustración. Me sentí un verdadero perdedor. Sentía que no merecía nada. Ni siquiera comer, ni siquiera el alivio. Fui demasiado exigente conmigo mismo. Me dije cosas muy feas. Me herí mentalmente.

La almbulancia me llevó a la meta. Mi mamá me dijo: "Pide tu medalla" y le dije: "No, porque no me la merezco" y era verdad. ¿Con qué cara iba a pedir una medalla si sólo había corrido escasos 13 kilómetros? ¿Cómo iba a cruzar la meta como un triunfador si yo me sentía peor que cualquier cosa?
Veía a los demás cruzar la meta. Sonreía por ellos. Los veía con cara de héroes y decía: "No mames. Que valientes". Y yo por dentro sintiéndome una mierda. Llegué a mi casa, me bañé, me tapé con las cobijas y no quise comer.

Después de unas horas se me pasó el berrinche. Analicé paso a paso lo sucedido y lo sigo haciendo. No me voy a rendir. Esto no fue nada. Me lesioné pero sigo vivo y con muchas ganas de seguir corriendo. Soy mi propio límite y me amo tanto que estoy dispuesto a dejar de correr por un rato mientras sana esta herida. Esta carrera es contra mí. Yo soy mi propia meta. Yo llegaré tan lejos como me lo proponga. Yo soy grande, soy un triunfador. Para saber ganar hay que saber perder. Y esta sensación frustrante poco a poco se disipa. Este dolor es parte del crecimiento. Gracias a esto ha entrado en mí una fuerza mayor para seguir adelante. Caer, reír y levantarse. Así es la carrera de la vida, y yo corro libre con ella.