Él suspiró lento antes de parpadear y esconder la mirada en algún árbol.

Espero el tren de siempre, ese que lo llevaría a recordar algún sueño por el cual sostenerse en esta vida imposible, llena de espera y de paisajes iguales. Él tomó ese tren pero no volvió. Dicen que se escuchan sus pasos entre las piedras y que los perros guardan sus secretos. 

Cuantos recuerdos caben en la cabeza antes que alguno de ellos desaparezca

Soy la voz de algún sordo a punto de escuchar.

Un suspiro interrumpido a medio atardecer.

Una mirada perdida que encuentra sitio en la noche de tu cuerpo.

No sé qué va a explotar primero

Sí mi lengua

O este corazón soñando ser pájaro

En medio de la noche

En alguna historia, en algún rincón del mundo somos eco de alguien. 

En qué almohada perdí mis sueños, en qué papalote abandoné la magia y la intercambié por este juego que se llama ser adulto...

La gente allá afuera grita, se agolpa y juega a bailar. Hay un pequeño mundo que late en mi corazón y palpita tu nombre. Te quiero aquí juntó a mí y sentir que el mundo es pequeño y nosotros gigantes. Quiero dormir pero no hay sueño. Quiero dormir con los ojos abiertos. Que nunca se acabe la vida y esta insaciable necesidad de amarrarte a mi pensamiento.

A veces uno se aferra a escribir en un libro que ya tiene final

Todos han dicho que no es bueno depender de alguien y en este caso de ti.

Todos ellos tienen razón, pero me basta verte para sonreír y sentirme vivo.

A qué venimos a este mundo. 

Es un juego en el que de cualquier forma no saldremos vivos.

Cómo se puede estar tan tranquilo sabiendo que un día todo lo que conocemos va a desaparecer. No entiendo.

Mi vida tiene un nuevo principio a tu lado.

Mi corazón es una ola que explota en tu orilla. Tu mirada es ancla y destino.