lunes, agosto 12, 2019

Vida, aquí me tienes de nuevo.
Queriendo empezar.
Cómo tantas veces.
Cómo aquellos días.
Con la mirada ausente y un miedo que atraviesa sueños.
No sé cómo empezar a caminar.
Pero este latido que traigo en el corazón, es capaz de encender
Todas las noches. Todas las lumbres.
Esta voz que ahora es nudo, será canto infinito, será arrullo de alma.
Suspiro de pájaro libre.
Hoy nos une la batalla.
Nos une esa voz que grita: Quédate

Quédate ahí, en la orilla. En la nube. En ese atardecer que viene a envolverte de recuerdos.

Esto que soy no soy yo.
Me fui y no sé cómo regresar.
Quizá si me voy nadie lo note.
¿Como se quita esta melancolía de la cabeza?
Hoy ha sido un día triste.
Y no quiero acostumbrarme a la tristeza.

No quiero levantarme sin un motivo para vivir.
Estoy tocando fondo y quisiera salir.

Ese algo que busco soy yo mismo.

Tal vez necesite un abrazo mío. Decirme otra vez que soy fuerte. Y que yo puedo.

Y es que parecía tan fácil crecer.
¿Cuántas miradas caben en un amanecer?
¿Cuántos atardeceres caen en mis ojos?

No sé cómo termina esta historia. Creo que lo he caminado todo.

Que alguien me enseñe el camino.
He venido de la sombra.
Hay silencio y miedo.

Pero conozco el camino a la luz.
Soy fuerte y la vida me acompaña.

He venido del abandono.
De la tristeza. De la miseria.

Pero conozco quien soy.
Y esto que soy es más grande.
Esto que soy viene a decirme que esta caída, es el cielo que viene.