martes, mayo 20, 2014

No moriste. Te quedaste en nuestros corazones para siempre. Contigo hemos aprendido que los ángeles existen y has regresado de dónde viniste para confirmarnos a todos el valor de la nobleza y dar el ejemplo de tu bondad infinita. El cielo está contento con tu regreso y sé que desde allá arriba seguirás diciéndome que me quieres mucho y lo guapo que me veo. Sé que desde allá, donde nacen las estrellas, nos cuidas, nos ves a los ojos y nos tomas de tu mano para avanzar con fuerza en esto que se llama vida. Gracias por permitirme ser tu hermano, estoy muy orgulloso de ti porque fuiste un guerrero y un ser de luz para todos nosotros. Te veo muy pronto, mi hermoso Toñito. Mis días son para ti. Te dedico todas mis sonrisas y mis pasos. Cuando tenga muchas ganas de abrazarte, cerraré los ojos y entonces ahí estarás, abrazándome tan fuerte como siempre. Eres un campeón.