lunes, abril 06, 2015

Y me limpias la herida, y me vuelves a pisar, y luego te llevas todo el recuerdo en una cajita, en donde cabe también tu despedida. 

Ya no recuerdo tu cara ni tu voz. Son ecos fantasmas los sueños que tengo de ti. No dueles en el párpado ni en el alma pues ya no te recuerdo. 

A veces esta tristeza es un pájaro de alas rotas que encuentra cielo en la noche y desaparece al amanecer. Me regalaste tu olvido pero también estas ganitas que tengo de entregar mi corazón palpitante y liberarlo de esta jaula