Ya no recuerdo tu cara ni tu voz. Son ecos fantasmas los sueños que tengo de ti. No dueles en el párpado ni en el alma pues ya no te recuerdo.
A veces esta tristeza es un pájaro de alas rotas que encuentra cielo en la noche y desaparece al amanecer. Me regalaste tu olvido pero también estas ganitas que tengo de entregar mi corazón palpitante y liberarlo de esta jaula