miércoles, febrero 18, 2004

tomado de "los nombres del aire"...Marguerite Yourcenar.

Sin saberlo, todos entramos en los sueños amorosos de quienes se cruzan con nosotros o nos rodean. Y sucede a pesar de la fealdad, la penuria, la edad o la sordidez de quien desea;y a pesar del pudor o la timidez de quien es codiciado, sin que cuenten sus propios deseos, dirigidos tal vez a otra persona.
Asi, cada uno de nosotros abre a todos su cuerpo y a todos se lo entrega.