quedarme en su casa es meterme con él de todas las formas, su gata me pone alegre, su pelo es acariciable, es hermosa aunque sea una enfadosa y no me deja dormir agusto en su cama. Me compré la primera cajetilla: Marlboro Menthol...no me gustarón, no saben tan ricos como los Benson o no están tan fuertes y mareadores como los normales, compramos pan y medio vimos amelie porque yo la neta ni podía leer las letritas, derramamos un chingo de miel por todo el cuarto, me exictan sus pies, me atraen, es inevitable no imaginarmelos jugando en mis piernas o embarrandose con mi cuerpo, sus pies me dan una sensación de desnudez, cuando me acaricia los pezones me da otra sensación, todo yo me transporto a otro lugar, a la infancia...cuando me toca me abandono, fluyo a ríos de cauce que no conozco. Cuando veo su cara me veo a mi, veo a él en su pasado que se parece mucho al mío, es como si hubiera un espejo entre él y yo, veo su mirada inoportunamente y me gusta imaginar que pienso lo que él piensa, sus manos me conducen, me marcan la ruta a todo su cuerpo, su olor esta en todo el aire, cuando le doy mordidas en sus brazos me doy cuenta que sabe a lo que huele...humedad dulce