jueves, septiembre 09, 2004

aquí, el espacio breve de dos grandes:

Xavier Villaurrutia.

AIRE.
El aire juega a las distancias
acerca el horizonte,
echa a volar los árboles
y levanta vidrieras entre los ojos y el paisaje.

El aire juega a los sonidos:
rompe los tragaluces del cielo,
y llena con ecos de plata de agua
el caracol de los oídos.

El aire juega a los colores:
tiñe con verde de hojas el arroyo
y lo vuelve, súbito, azul,
o le pasa la borla de una nube.

El aire juega a los recuerdos:
se lleva todos los ruídos
y deja espejos de silencio
para mirar los años vividos.

LUGARES.
Vámonos inmóviles de viaje
para ver la tarde de siempre
con otra mirada,
para ver la mirada de siempre
con distinta tarde.

Vámonos inmóviles.

AGUA.
Tengo sed.
¿De qué agua?
¿Agua de sueño?No.
De amanecer.


Carlos Pellicer.

RECINTO.
Ya nada tengo yo que sea mío:
mi voz y mi silencio son ya tuyos
y los dones sutiles y la gloria
de la resurrección de la ceniza
por las derrotas de otros días.
La nube
que me das en el agua de tu mano
es la sed que he deseado en todo estío,
la abrasadora desnudez de Junio,
el sueño que dejaba pensativas
mis manos en la frente
del horizonte...Gracias por los cielos
de indiferencia y tierras de amargura
que tanto y mucho fueron. Gracias por
las desesperaciones, soledades.
Ahora me gobiernas por las manos
que saben oprimir las claras mías.
Por la voz que me nombra con el nombre
sin nombre...Por las ávidas miradas
que el inefable modo sólo tienen.