martes, septiembre 21, 2004

quien sabe quien cedió
y como superé lo incomodo de traer la mochila en la espalda
saberme ratero con esa botella y el celular bribando en mi pierna izquierda.
...es bueno ceder y no pensar...nada...que va pasar o cuanto vale el acto tan contraido en la mente...yo creo en la adivinación, en lo instantaneo, en lo inconfesable, en mis limites hechos bolas...este día quiero tanta marea hasta que mi arena se revuelva demás y mis peces se ahogen sin pasado...