ayer andaba por aquí y el Omar y yo compartimos letras...fue agradable, a continuación el resultado de este intercambio:
Se me antoja perderme en el mar infranqueable de tus labios, un viaje sin derecho a regresar, perder la vida en los suburbios interminables de tu cuello, quedar a la deriva sobre tu pecho y no decir más... perdido en el abismo de tu ombligo, caminando por los laberintos oscuros de tu pelvis...
hacerte nudos en la espalda, lamer tus rincones y saberme ingenuo entre tus pecas, confesarme en tu entrepierna, huir y esconderme profundo, mezclar sudores y hacerte precipicios mientras me comes, fluir en tu río y satisfacer tu sed inacabable...
Para después nublar la conciencia, que la memoria se pierda en un espiral de vanidades. Terminar como siempre, exhausto, quizás muerto... el aliento perdido entre los olores de tu cuerpo y saberme allí, incauto, esperando el abrir de tus ojos para descubrirlos en blanco, perdido en tu mundo sin notar mi presencia... o al menos no toda, sólo aquella que sirve para vanagloriar tus sueños de cenizas, los puentes caen sobre la sabana y entonces me olvidas, te pierdes en el sueño que brinda una almohada, el llanto rojo de mi cuerpo presume que por primera vez se ha llegado al infierno glorioso de una muerte deseada...
y entonces reiré abrazado al borde de la cama, inventándome una caída y una espera, me sostendré de tu sombra y quizás hagamos un duelo en el que nadie pierde ni gana, buscaremos en las venas una sola sangre que nos marque la ruta, se nos acabaran los pasos y las brújulas en el cuerpo, se nos terminaran las miradas y las serpientes de nuestras bocas, abriremos nuestro infierno y quizás ahí nos quedemos, acariciando las mejillas con los codos y penetrando con miradas nuestras produndidades...
atados al fuego de una estrella, esperando que el tiempo haga lo suyo a través de nuestros reflejos, quebrando espejos en la densidad de la noche, temblando por el frío que no congela, cargando en nuestras espaldas la maravilla de una lucha sin fuerza, preguntándonos que pensaran las paredes de nuestros juegos... se mofaran o sentirán envidia por estar siempre unidas sin gozarse, sin mirarse ni hablarse ¿O lo hacen?...te pegaras a ellas tratando de robarles un secreto
...quizá nuestros ecos hablaran por si mismos, nuestro silencio nos hará música...y nadie nos salvará, estaremos marcados con nuestras cicatrices, preparando los puños y desviando placeres, nos perderemos en un laberinto invisible, intacto y virgen, pretenderemos volar, pero uno tendrá que arrastrarse, deshacerse de sus alas y nacer en otro vientre...nos desconoceremos, nos haremos otra cara y lameremos serenos las manchas de otro pasado inconcluso... confuso.
Seremos dos pobres víctimas de la memoria, sin derecho a reclamarse, viviendo en el país del No me Acuerdo, olvidando nuestros olores, nuestros sabores, conociendo otros, y en cada uno encontraremos una historia diferente, volviéndonos paganos del amor leal, sumisos a los deseos de nuestra carne, sin derecho a reclamar, esclavos de otras formas, de otras vidas, sonámbulos que no tienen derecho a
reclamarse...materia inservible, gastada, corrompida y por todos conocida, sin nada nuevo que entregar, un paraíso mil veces visitado...Marchitando los restos de la poca opacidad.
Nos aligeraremos y nos haremos nube, nos haremos inservibles uno con el otro, nos cansaremos mil veces de la misma excusa, vomitaremos dolores y nos extinguiremos, tendremos emergencia por salir uno del otro pero no habrá salida...y suspiraremos, y volveremos a empezar, otra vez, porque no sabemos otra forma de hacerlo, porque nos gusta la cacería de la carne y el vacío de la mañana, porque estamos perpetuamente unidos al espiral del deseo
...sivlep ut ed rorucso sotnirebal sol rop odnanimac ,ogilbmoh ut ed omsiba le ne odidrep .sám riced on y ohcep ut erbos avired la a radeuq .olleuc ut ed selbanimretni soibrubus sol ne adiv al redrep ,raserger a ohcered nis ejaiv nu ,soibal sut ed elbeauqnarfni ram le ne emredrep ajotna em eS